Consejos doy y pa’ mí no tengo. Cómo “dejar hechas las cosas”, Academia version

De The Noun Project

Esto es algo que en su día escribí en el sitio del pajarito y lo rescaté.

Te pasa a menudo que tardas mucho en escribir un email y al final ni lo envías por no molestar, que cedes a la prioridad de otra persona cuando ellos sacan menos beneficio que tú perjuicio, que se te acumulan pequeñas tareas que no solo dependen de ti?

Puedo decir que te entiendo perfectamente si te pasó que ibas por la vida sin tener ni idea de cómo pedir/hablar las cosas claras, por miedo a dañar a los demás o a quedar de impertinente o maleducado. Yo mismo dejé cosas en el tintero durante la tesis, o podría haber agilizado otras tantas, porque me perdía en espirales de impotencia y demasiadas vueltas a la cabeza.

Y un buen día, hará cosa de unos 6 meses, me levanté y reparé en que ya no me sentía así desde hacía mucho. Con los años uno se da cuenta de que consiste en una mezcla de cuatro ingredientes sencillos:

  • Tener que hacerlo sí o sí,
  • Tener poco tiempo para esmerarte en conseguir dejarlo hecho,
  • Estar cansado (importantísimo esto),
  • Que transpire tu buen fondo a través de tus acciones, no sólo de tus palabras.

Literalmente a mí me daba pavor mandar ciertos emails o hablar de cierta manera en los comentarios de un documento, por ejemplo al hacer sugerencias al escribir papers. Y de un tiempo para acá me sorprendo diciendo las cosas “como yo creía que no se debía” y… anda! se me entiende y salen para adelante!?

Pero es importante matizar lo de “como yo creía que no se debía”. Esto NO quiere decir que, cada vez que me siente a teclear, no me acuerde de la agonía que he pasado y otros pasan en otros momentos/aspectos de la vida a cuenta de recibir comentarios más destructivos que constructivos. No se trata de olvidar/ignorar nuestra escala de valores por “tener más años encima”.

En qué consiste entonces? Consiste en quitarse la falsa creencia de que el mundo entero entiende mal, y con ello perderle el tapujo a, el hablar en “por favor + imperativo”, el ahorrarte subjuntivos, no perderte en cumplidos… es decir: por favor no tratéis a la gente como idiotas o inferiores (lo acabo de hacer aquí mismo con esta última frase! He hablado en imperativo y con un por favor y nadie se ha muerto!). Por eso digo lo de estar cansado: cuando tu nivel de hartazgo supera cierto umbral se impone a esa pequeña parálisis a la hora de gestionar es algo. Y lo haces aunque, a tus ojos, lo estés haciendo de manera más o menos imperfecta. En dos frases.

Porque si lo haces en más frases, pasan dos cosas: primero, inviertes mucho más tiempo del necesario; y segundo, cargar un email de explicaciones innecesarias previene, o al menos dificulta, tu capacidad de mostrar el grado de importancia o gravedad de un tema en el futuro. Si todo importa muchísimo, nada importa en especial. Y llegará el día que esto te haga falta; segurísimo.

Y por favor: que no se pierda nunca la intención de entenderse, de explicarse, de mandar un segundo email aclarativo, de preguntar si les parece bien, de hablar las cosas hasta que todo quede claro.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *