Hay un proyecto de Infinite Frequencies, sea quien sea esa persona, que se yergue indisputable entre las obras de Vaporwave que han sido claves para que desarrolle una apreciación por el género tan grande. Se trata de la trilogía de Computer (o, “Computer Trilogy”). En principio, no tienen nada de extraordinario; son tan especiales como cualquier otra canción de esa oleada inicial en el movimiento, que buscaba utilizar clips y trocitos de música de televisión y medios oscuros para crear “sentimientos de bolsillo”, al más puro estilo de lo que Daniel Lopatin expresó en más de una entrevista acerca de sus Ecco Jams. Estas “frecuencias” tienen una vibe bastante tristona que roza lo compulsivo en algunos casos, como si se tratasen de alguno de los muchos pensamientos y sentimientos intrusivos con los que lidiamos como personas día a día. Me gusta en especial una canción del primer álbum que se llama “Group Meditation”, y que oí por primera vez en el primer material que me acercó al Vaporwave: el archiconocido documental de Wolfenstein OS X acerca del género. No sé, es cool.
Lo que más me ha llamado la atención desde un principio, sin embargo, es el nombre de cada uno de los álbumes: “Computer Death“, “Computer Decay“, “Computer Afterlife“. Hay una yuxtaposición de ideas muy obvia al aplicar conceptos temidos o reverenciados en muchas culturas (la muerte), orgánicos (la muerte y la descomposición), e incluso espirituales (el más allá) a algo como una máquina.
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