Tecnicismos y conexiones profundas del Vaporwave: Small Web, Memética, y Coalescencia

source: Vaporwave Wallpapers

En una entrada previa hablamos de algunas de las influencias musicales que permiten la aparición de vaporwave, concretamente de la rama del Ambient y cómo estos sonidos tienen paralelismos con el vaporave, cuando no son fuente directa de sampling incluso. Un ejemplo siendo el empleo de patrones de repetición para transmitir emociones concretas, que tienen una clara contraparte en el vaporwave ya bien establecida desde el principio.

Pero el vaporwave, como todos sabemos, es más que eso. Como género que nace de manera totalmente digital, hay un componente tecnológico inescapable, imposible de obviar, que está directamente relacionado con la plataforma y el medio donde se comienza a producir. Hoy me gustaría hablar de esto, precisamente. De las características del Internet de aquella época y de cómo dan lugar no a un nacimiento, si no a una coalescencia, a una consolidación del Vaporwave como género.

Es bastante oportuno hablar de esto en estos tiempos, ahora que cada vez más y más el mundo se da cuenta de que hemos convertido Internet en un monstruo. Un amasijo infumable de contenido generado automáticamente y de poco valor, que sirve como argamasa para la publicidad personalizada y web scraping para los bots. Hace pocos días que Christian, un bloguero al que sigo desde la época pre-social media, escribió del retorno a la small web como un movimiento o protesta contra-cultural (1 y 2). Aquella web temprana (la blogosfera, la red de blogs y foros), permitía dos cosas importantes a colación del tema de hoy. Primero y aunque parezca obvio, era hecha por personas reales que hablaban y generaban contenido de lo que les interesaba. Así se formaban comunidades de lo más específicas en las que se comenzaron a formar discursos propios, que ayudaban a definir y acotar el contenido. Y segundo, esta web no estaba diseñada a  priori específicamente para explotar la privacidad, permitiendo la anonimidad y la creación de alter egos específicos de cada comunidad. En este internet de páginas web propias, MMORPGS, blogs, y foros de discusión o fandom con tribus virtuales, todo se sentía como una naturaleza indómita pero benigna. El mundo virtual era una aventura separada del mundo real, en la que todo eran posibilidades.

En esta web temprana se empieza a manifestar los memes, entendidos como ideas y conceptos que se propagan y fijan en una comunidad si tienen éxito, y mutan y se transforman para adaptarse a nuevas comunidades  —es decir, los aspectos cuantitativos de la genética y la evolución aplicados a la sociedad y la cultura. Las ideas sueltas se propagan entre individuos de una comunidad online y empiezan a coalecer juntas en grupos sociales, como decíamos antes, contribuyendo a acotar y definir. Por ejemplo, gente a la que le gustaba un videojuego X de los 90 se reúnen en un foro, alguien del foro trae un videojuego Y de los 90 de fuera, y se forman discusiones e ideas internas acerca de cosas en común entre los videojuegos X e Y. Eventualmente en ese foro se forman más conversaciones donde coalescen más ideas, y los miembros de esa comunidad acaban manifestando una pasión y nostalgia por la época pasada. Sentimientos que, inicialmente, uno pensaría como muy suyos (yo recuerdo pensar que nadie echaba de menos esas cosas de mi época salvo yo), hasta que nos damos cuenta de que hay muchas más personas que comparten esa experiencia. En cosas como éstas, se acaban mitificando cosas como las apariencias, los aspectos visuales, las modas, o la música del nicho, y se forman lo que en tumblr (ejemplo notable a caballo entre web pre- y post-socialmedia) se acabarían conociendo como Aesthetics (y que ahora, una vez más, han mutado y han pasado a llamarse -cores en la era de TikTok).

Aunque Internet evolucionase y diese paso a una audiencia mayor con las redes sociales y los smartphones, este e-lifestyle permaneció como un reducto en Tumblr y otros sitios de la época. Y junto con la masificación de tecnología más potente y la producción musical más fácil que nunca, aparecen personajes virtuales que prosumen (producen Y consumen) material y contenido que tanto ilustran como manifiestan aspectos de las microculturas y microsociedades que emergen en las interacciones de ecosistemas aislados de internet.

En el caso de los Aesthetics, me gusta recordar cuatro de ellos:

  • El Sea Punk es una de las subculturas que acabó dando lugar a un microgénero del mismo nombre justo antes de la ola del Vaporwave. Esta ya mezclaba estética y visuales de los 90, gráficos generados por ordenador, y un estilo ligeramente glitchy. Los azules pastel se entremezclan con tonos vibrantes y la música tiene claras influencias del new age, el chopped and screw, el glitch y los sonidos de sintetizador. A menudo es mencionado de la mano de la estética Pastel Goth, aunque no son lo mismo.
  • El Witch House también toma elementos de electrónica y chopped-and-screwed, pero parte de elementos más oscuros y se mezcla más con el dream pop y una estética de lo Oculto y la Dark Academia. Como resultado, sus sonidos son más siniestros y underground.
  • El Synthwave, que se centra por completo en la música y la estética de los 80, y que tuvo un nacimiento contemporáneo al Vaporwave pero se ha sabido mantener como un género aparte y establecidísimo. A día de hoy es difícil de ignorar porque ha terminado salpicando hasta a la música Pop.
  • El Ocean Grunge es quizá el menor contribuyente al asunto, pero me gusta como ejemplo de lo derivativo y específicos que pueden llegar a ser los microgéneros, y de la evolución que pueden tener. Con una mezcla de ironía y nihilismo, el Ocean Grunge abraza el Ambient, el Dron, y el glitching extremo estirando y jugnado con los tonos, junto con efectos de sonido del mar para formar una imagen mental de un mundo (o mundos) abandonados y carentes de vida, donde todo rastro de la misma ha sido erosionado por el agua y el paso del tiempo. Y me parece extra interesante por los paralelismos de algunas de las ramas más rompedoras del Vaporwave.

Vista la lista, nada de lo que hacía el vaporwave era realmente “nuevo”. Muchísimas de las cosas  que lo caracterizan ya estaban presentes o estaban siendo igual de explotadas por estos géneros que hemos mencionado y más. De hecho, en paralelo a esto, Lana del Rey estaba sacando su primer álbum con una estética claramente “de otra época” buscando la nostalgia. Así, las ideas y conceptos asociados al vaporwave se propagaban como la pólvora, tanto fuera como dentro de internet, y hasta cierto punto el Vaporwave es un refinamiento y una coalescencia de los mismos. Quizá hacía falta que pasara el tiempo necesario para que el contenido y productos culturales de los 90 calasen en la memoria pasada colectiva, o que esos niños y niñas de los 80 y 90 se hicieran mayores y pudieran empezar a producir.

Aunque todos los géneros de música son parte de un continuo que se desdibuja una vez empiezas a echar la vista atrás y trazas una línea temporal, cabe mencionar que el hecho de que el Vaporwave sea un género online en el que convergen muchas ideas abstractas, como lo que consideramos “nostálgico”, hacen del mismo un género fluido y etéreo desde su nacimiento. Esto queda ilustrado por los distintos movimientos y aesthetics dentro del Vaporwave, y por la eterna discusión de qué y qué no es Vaporwave, que acabará teniendo repercusiones dramáticas para el género y su evolución.

El Vaporwave es, por tanto, producto de cosas muy concretas que estaban pasando en ese momento, siendo un producto de su época por la naturaleza de su contenido, el material del que bebe (tanto conceptual como audiovisual), y el medio en el que aparece y de lo que habla. Pero más adelante veremos cómo el decir que es un “producto de su época” tiene una capa extra de significado, debido a la naturaleza de dicho material de partida. Dicha capa no es otra que el capitalismo, y un desdén inescapable por el mismo.

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