Ahora que he vuelto a escribir más en el blog, he tenido un dilemilla. Estoy procurando enlazar imágenes cuy licencia permite ser compartidas o redistribuidas, pero no siempre ha sido así. Como usuario anónimo de internet, nunca he tenido problema en usar imágenes de aquí y allá sin saber cuáles son sus permisos, porque total, solo las usaba para ilustrar cosas muy generales en un blog que no lee nadie. Por un tiempo pensé en MidJourney o StableDiffusion para “generar mi propio contenido”. Pero… va a ser que no.
De modo que me vi preguntándome: vaya, si tan solo existiera una web donde poder encontrar todo tipo de imágenes con licencia para ser compartidas, o directamente imágenes de dominio público… y la realidad es que las hay, pero (i) o no sabía que existían, (ii) o no las tenía a mano y tiraba por lo fácil. Así que voy a dejar aquí algunas de las páginas que uso o he conocido hace poco.
(Esta entrada es complementaria a la entrada “Esto es todo lo que voy a decir de las IAs“, y alberga contenido que NO ha sido escrito por un humano con fines ilustrativos y de transparencia.)
A principios de semana publiqué una de las entradas más largas en bastante tiempo en la que dije todo lo que tengo que decir sobre las IA. Mi proceso/sistema de escribir entradas varía cada tanto; normalmente acumulo enlaces y recursos para leer y a partir de ahí voy haciendo apuntes, resumiendo, expandiendo por otros sitios, y dándole forma. Otras veces tengo un boom de “inspiración” y me sale algo más o menos presentable de una sentada. Hace tiempo probé el método snowflake, y también servía más o menos. Todo ello lo acompaño más o menos regularmente con listas de puntos o esquemas con las ideas claras que quiero exponer.
Pero con la entrada de las IAs empecé a acumular muchísimo material y se me empezó a hacer bola (hablo de hace un mes, bastante antes de publicarla; de hecho, el primer borrador era de Marzo). El caso es que empecé a bloquearme mentalmente y, dado el tema del que trataba, me parecía interesante ver cómo de útil podía ser un modelo de lenguaje como ChatGPT para escribir.
Sometimes I love reading papers that have little to do with my field of work, either because there are specific topics that are tangentially interesting to me, or just to have a glimpse at stuff that I ever paid attention to. And sometimes I just bump into amazing stories without even looking for them.
Todavía recuerdo un congreso de Inteligencia Artificial en el CosmoCaixa de Barcelona allá por 2016. El consenso general, incluso por los propios ponentes, era que sí, se estaban haciendo progresos (sobre todo en métodos de machine learning con fines de algoritmos y clasificación), pero que todavía quedaban unos años hasta que hubiese un auténtico avance significativo del tipo “podremos hablar con nuestros ordenadores”. No sé si será que el tiempo pasa volando o si verdaderamente ha venido de sorpresa; el caso es que, si hace un año me hubieran preguntado por las IA, hubiera respondido de la misma manera que en aquel entonces.
Y vaya añito este último. Llego un poco tarde a la fiesta para hablar de las IA, pero creo que hasta mejor ahora que ha bajado un poco la espuma. Mi idea con esta entrada es ayudarme a mí mismo a documentarme del tema, y con suerte a quien llegue aquí. Será de forma simple, con pocos tecnicismos, sacando a colación sólo lo estrictamente necesario para (i) ayudar a entender cómo funcionan y las diferencias entre unos y otros tipos de IA, (ii) entender hasta dónde llega su potencial en la actualidad, (iii) despojar el tema de misticismo, y sobre todo para (iv) llevar la atención a lo más importante: cómo está afectando a nuestra sociedad y qué debemos saber o podemos hacer frente a lo que se avecina.
El artículo es largo, relativamente amateur-ish, y no creo que sea de lo mejor que he escrito. Es bastante probable que le añada o cambie cosas (sobre todo de formato, y para aclarar y añadir referencias) en los próximos días. No me considero un experto y he simplificado en algunos puntos (sobre todos los más técnicos) para centrarme en otros que creo más importantes. Bienvenidas son las correcciones y matices que se crean oportunas con tal de mejorar la compresión.
Hay veces que toca leerse libros que son malos, para tener una referencia mala y saber cómo no hacerlo. El escritor de El Nombre del Viento, Patrick Rothfuss, lo ha dicho más de una vez cuando rememora sus tiempos en la universidad leyendo toda clase de noveluchas de fantasía.