El ser humano es un ser vivo. Una de las muchas y muy distintas especies que pueblan la Tierra. Eso es innegable, es parte de nuestra naturaleza, de nosotros mismos. Pero también es igual de innegable algo que nos hace ser tan humanos como el ser organismos vivos: somos conscientes de que existimos, del entorno que nos rodea, de aprender y transmitir lo que aprendemos. En otras palabras, somos los -por ahora únicos demostrados empíricamente- artífices de un nuevo escalafón en la historia evolutiva de nuestro Universo, la dimensión cultural, humanística.
Breve apunte sobre teorías evolucionistas en nuestra naturaleza humana
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