No tenía en mente escribir esto, pero voy a aprovechar. Por fin bajé por vacaciones tras hincharme a escribir proyectos, becas, y otras solicitudes varias. Me traigo conmigo el portátil que todavía tiene Ubuntu y al que quiero migrar a Fedora, en algún punto de futuro próximo; cuadernos de dibujo, el iPad que no falte… y buscando entre los cajones he encontrado el MacBook de 2016.
Fue el primer “power-up” que me pillé con mis primeros sueldos de la tesis, y la verdad es que era un muy bueno para lo que yo hacía. Al tiempo me di cuenta de que se me quedaba cortísimo el disco duro, sin opción de cambiarlo porque viene soldado a placa, pero igualmente era buen aparato. Al tiempo se le rompieron varias teclas de las famosas “butterfly switch” y me cambiaron toda la parte de abajo por tener Applecare; igualmente, era buen aparato. Por 2020 se fue el gloss anti-mate de la pantalla, pero entraba en un programa de recuperación de Apple y me cambiaron la pantalla; igualmente, era buen aparato… Creo que se pilla la idea. Al tiempo he sabido que el MBP de 2016 con TouchBar (aunque el mío no la tiene) fue uno de los peores modelos que se han hecho; hasta el punto de que tuve que quitarlo de wallapop, porque nadie lo quiere. Lo último fue que la batería se degradó brutalmente con Big Sur/Monterrey, y entre falta de espacio por movidas del sistema, el rastreo y telemetría constantes a partir de 2020, los sobrecalentamientos, la batería hecha polvo… no me daba para más. De modo que le borré todo el disco, y lo dejé en el cajón esperando a oír de alguien interesado. Eso fue hace dos años (cómo pasa el tiempo…), y como ese alguien no llegó, hace unos días decidí resucitarlo.
El problema, claro, es que no tenía forma “oficial” de instalarle el SO, porque se supone que hay que hacerlo partiendo de un SO previo: o bien creando un USB flash de recuperación/instalación, o bien programándole una “actualización” desde el sistema previamente instalado (y esto último no funciona para hacer downgrades). Podría instalarle Linux y a correr, pero quería probar a saborear de nuevo cómo era la experiencia de usuario previo al cambio de década. El caso es que me tocó investigar.
Primero encontré un post en el que hablaban de usar dmg2img
para transformar un .dmg de un SO de apple en un .img o un .iso que luego puedas “quemar” a un pen drive. En mi búsqueda de un .dmg encontré un .iso pre-hecho de macOS Mojave, que era la versión del SO “target “objetivo” en base a haber leído que va mucho mejor que Catalina en los aparatos de esta época. Lo pasé a al pendrive, que tardó unas 3h (era un USB 2.2 …). Me fui, volví, y cuando estaba listo, lo pinché a un adaptador de USB a USBC que compré en un todo a 100 (porque el mío oficial, que es el único que me había servido previamente para hacer estas cosas, me lo dejé en UK). Consiguió arrancar el modo recuperación… y no me dejaba instalar bajo un error del tipo “esta copia del sistema macOS está dañada, y no se puede instalar”.
Seguí investigando y vi que a veces este error sucede porque el certificado de instalación no es válido, porque no coinciden las fechas. Cambié la fecha del aparato desde la terminal del disco de arranque con 'date MMDDHHmmYYYY
‘ pero seguía sin ir. Me dio por pensar que quizás, a pesar de haber borrado el disco entero, habría algo más instalado en “algún recoveco del sistema” (particiones y movidas raras que no entiendo de Apple), que venía de una versión posterior y no le gustaría estar viendo la instalación de un sistema previo. Ahora ya sé que no, pero en su momento me parecía plausible. Probé con dmg2img
, pero todas las DMG que encontré me las marcaba como corruptas el propio dmg2img
. Descarté esa vía muy pronto, por experiencias previas de saber cuándo dejar de rizar el rizo.
Con lo mal que está el buscar testimonios en blogs de internet, por culpa el SEO y el slop de IA, gran parte esta búsqueda consistió leer casos de gente parecida en Reddit. Fue así como di con un post de alguien diciendo que lo único que le había funcionado era utilizar Boot Disk Utility (BDU), una herramienta de un desarrollador ruso que prepara un USB flash con dos particiones, una para EFI (donde instala Clover) y otra para el sistema de recuperación, y se descarga los mismos desde servidores oficiales. Tras varios intentos, entre los que aprendí que el flasheo de la imagen del sistema de recuperación es manual (la herramienta te la descarga pero luego tienes que darle a “Restore” dentro de la misma herramienta), pude arrancar desde el Recovery del pen drive, y elegir la instalación de Mojave por internet. A la primera falló, y estuve a punto de seguir los pasos de un videotutorial para cambiar el enlace que utiliza para descargar la ISO, pero de algún modo comenzó la instalación “automágicamente”.
Y unos treinta minutos después, la instalación había terminado y tenía ante mí la pantalla de bienvenida de Mojave. Éxito! Tuve que elegir NO conectarme a WiFi automáticamente durante el proceso de setup porque se quedaba como colgado, que ya me pasó con anterioridad cuando instalé Snow Leopard en un iMac de 2008. Pero salvo eso, ningún otro problema.
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He notado que la batería dura más de lo que me duraba cuando tenía Monterrey. También es verdad que estamos hablando del sistema base, usando el navegador para visitar sitios mayoritariamente de tipo Web2.0, y sincronizar documentos y notas con iCloud para trabajar en una pantalla cómodamente. Lo único que me pesa, de momento, es que Mojave no incluía un modo automático para que el tema visual cambie si es de día o de noche (o programarlo a horas fijas), y estoy explorando opciones. De momento tiro por un script de bash llamado darkmode.sh, que es muy sencillo y poco intrusivo, aunque no sé si he conseguido configurarlo para que haga los cambios a las horas que tiene que hacerlo. También me he dado cuenta de que la app de Recordatorios no se sincroniza, porque hubo cambios gordos entre ésta y la de Catalina (o simplemente, decidieron dejar de soportarlo en Mojave aleatoriamente). Tampoco la uso tanto, y nada que entrar a iCloud online no arregle.
¿Que qué pretendo hacer con él? Usarlo de máquina de escribir. No tiene espacio suficiente para convertirlo en un centro “multimedia”, ni para tener una biblioteca de música sincronizada en el iPod. Para cosas gráficas me enorgullece mucho decir que ya me muevo bastante been en GIMP e Inkscape, y no le veo sentido a hacerlo aquí. Podría usarlo para leer navegando con el trackpad mientras tomo notas, porque en el iPad tengo GoodNotes pero se me hace mucho follón estar leyendo libros de texto gordos así, teniendo iBooks. Pero tampoco me entusiasma seguir teniendo mis cosas “del trabajo” (libros de texto académicos de varios temas, vagamente solapantes o tangenciales a temas míos inmediatos) entremezcladas con mis cosas “proyectuales”. Ya veré.
Mi único interés con este aparato es seguir usándolo hasta que no dé para más en ninguna de las tareas que me permita hacer, por básicas que sean. Con prospectos relativamente sólidos de volver a España en este año, no me cuesta imaginar un escenario en el que recurra a este aparato de manera más o menos estática para escribir en un mismo sitio, y tener el iPad para cuando estoy de aquí para allá. Esto también me resolvería la diatriba de no conseguir sentirme cómodo en Linux para escribir. No eres tú LibreOffice, soy yo. De verdad.
Mi otro interés, que ya ha quedado medio corroborado, era atestiguar si la interfaz y UX de los aparatos Apple ha ido en detrimento en los últimos años, y es una verdad como una catedral. La cohesión visual del estilo que se comenzó a pulir en iOS 7 y en Yosemite (incluyendo un skeuomorfismo menos acentuado, el uso de texturas suaves y difuminados), junto con la madurez destilada de Aqua que se viene macerando desde el cambio de milenio, dan la sensación, constantemente, de un sistema robusto, en el que la mayor parte de las cosas están en el sitio donde deberían estar intuitivamente según el paradigma, y las que no lo están son más o menos fáciles de aprender, y sabes que no van a cambiar de sitio. Poco o nada de ésto se me antoja repetible para todo lo que ha venido tras Big Sur, y ya de otros SO como Windows ni hablamos.
Lo triste es que ha ido arrastrando a todos los sistemas como los móviles y sus plataformas, cada vez más redondos, más inofensivos, más planos, en móviles y en escritorio. Y cada vez más a parches, con soluciones a medias tintas, y con interfaces modulares que han llevado la modularidad por el camino incorrecto, donde nada está donde te cabría esperarlo a lo largo del ecosistema de programas. Además, lo que antes se defendía como “Minimalismo en la interfaz” ahora lo veo más como una forma aburrida de abaratar costes teniendo un paradigma de diseño que aparentemente demande lo mínimo, aunque la realidad no sea así. Porque luego te están moviendo cosas de sitio constantemente entre versiones cada doce meses y no hay quien lo tolere sin que haya consecuencias cognitivas. ¿Te imaginas un cortacésped que cada año cambia de sitio los botones de On y Off?
Realmente es una proyección más de los tentáculos del capitalismo tardío, de esa carrera y crunch al que se han sumado todas las empresas, en esta era tan triste en la que a los grandes motores tecnológicos no les importan apenas sus usuarios. Y quizás tirar de este tipo de aparatos sea una de las posibles respuestas contra-culturales a nuestra disposición.
Yo no digo ná, pero Mastodon se ve de escándalo desde un Safari de hace seis/siete años. PirateBay también, Archive.org también, y Anna’s Archive también. Ahí es nada, y ahí lo dejo caer.