Mi propia reacción a los más recientes avances en parametrizar la ecuación de Drake y poner fin a la paradoja de Fermi puede ser ilustrada, irónicamente, con un par de pasajes de una novela de ciencia ficción con colonias humanas en otros planetas:
“In the beginning was the Word. Then came the fucking word processor. Then came the thought processor. Then came the death of literature. And so it goes.”
― Martin Silenus (Dan Simmons): Hyperion (1989).