CARI, el Instituto de Investigación de Estéticas de Consumo

El Consumer Aesthetics Research Institute es una web que lista estéticas. Me da a mí que el nombre es más bien de pegote, porque de investigar hacen más bien poco. Pero sí que hacen un buen trabajo recopilando, catalogando, verbalizando, visibilizando y diseminando, las distintas estéticas de la cultura de productos, consumo, moda, diseño, y otros aspectos de la manifestación del arte y la actividad humana en la sociedad, sobre todo desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad.

Agradezco mucho la existencia de este sitio porque me ha permitido conocer que muchas cosas que más o menos he podido apreciar desde niño tienen su propio nombre y han sido literalmente definitorias de movimientos y diversas olas de dirección visual y estética en muchísimos aspectos sociales.

Lo bueno de esta web es que no se queda en la “superficie” de lo que hemos convenido llamar “subculturas de Internet”, aunque compartan mucho con las mismas. Quizás el ejemplo más claro es el Frutiger Aero, una “estética” que comparte detalles con movimientos como el Vaporwave y el Sea Punk, pero que va más allá de la parte musical porque es particularmente visual. El Frutiger Aero aparece catalogado en CARI con una breve descripción de qué lo caracteriza, en qué productos se puede/pudo apreciar, da algunos enlaces de referencias (aunque en mi opinión se queda corto aquí), y sobre todo da muchas imágenes de referencia visual. Me da la impresión que por detrás tira de Are.na, un servicio que no conocía y que permite generarse catálogos al estilo de los tableros de Pinterest. Así, CARI se convierte en una suerte de Pinterest curado donde pasarse las horas mirando, aprendiendo, apreciando y asociando los términos con los diseños.

Más allá del cristal, el agua, y las plantas del Frutiger Aero, otras estéticas que me han marcado desde joven o que me han parecido muy interesantes son:

  • El FrasUrbane, a caballo entre el Art Deco y algo más informal como la el Grunge y la globalización noventera, que marcó toda una generación porque conformaba tanto a los boomers como a los jóvenes nacidos en los 80-90.
  • El Utopian Scholastic, o las míticas carátulas de CD-ROMs de los 90 que se considera la versión descafeinada del FrasUrbane.
  • El Global Village CoffeeHouse, el “Vaporwave pero más relajado y con los pies en la tierra” y que sospecho que se acabará convirtiendo en la nueva obsesión tras el synthwave y el vaporwave una vez se termine de consolidar la nostalgia por los 2000.
  • El Corporate Memphis, o los muñecos de cabeza pequeñita y tonos vibrantes que invadieron las páginas de presentación de servicios online, y que a mí me gustaron antes de que se volvieran un hastío y adquirieran la connotación de hipercapitalismo tardío.
  • El Boho Chic, que alinea con la estética de Tumblr y el rollete de millenial 2012. Nadie me lo ha confirmado, pero sospecho que esto fue un poco reaccionario al skeuomorfismo y el estancamiento del apartado artístico en el que acabó derivando la estética Y2K.
  • El AustUrbane que parece una derivación más simplificada y minimalista de movimientos anteriores como el FrasUrbane. A los que nos criamos en aquella época quizás nos parezca más adecuado para decorar la casa a día de hoy.
  • EL Deco Luxe, que parece una evolución más futurista del Art Deco y que empieza a recordar a lo que luego se vería en las aerografías del futuro ochentero o en portadas de discos.

Todo esto está muy bien para empezar a crearse un vocabulario estético que nos permita explorar cosas como la moda o la decoración de manera más enriquecedora, a base de ir tirando del hilo (en parte por las referencias visuales, pero sobre todo porque muchos de estos artículos se enlazan entre ellos). Sé de unos cuantos a los que, si ya no conocen el sitio, les va a flipar.

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